Proyecto de producción textual

LECCIÓN DE VIDA

 

Desde muy pequeño he vivido sin mi papá, dado que, el 10 de mayo de 2005, lo asesinaron. Ese día lo recuerdo muy bien. Era martes, día colegio, me encantaba ir al colegio, pues, allá tenía mis amigos, jugaba, me divertía muchísimo, mi profesora de preescolar era excelente. Su nombre es Yamile, Ella es morenita, mide aproximadamente 1’55 M de estatura, muy alegre, le encantan los niños y adora jugar con ellos, se puede decir que ama su profesión. Como todos los días, mi papa me llevaba en su bicicleta, amaba compartir tiempo con él. Ese día me recibió como todas las tardes German que era el portero del colegio y muy querido conmigo. En ese tiempo yo estudiaba en el Colegio Claretiano de Cúcuta, el colegio es privado, bastante grande, aproximadamente el tamaño de dos manzanas. 

Ese día estaba emocionado de llegar al colegio, ya que, el lunes no había ido y me la había pasado aburrido en la casa porque con mis hermanos no me la llevaba muy bien y mi papa dormía de día porque él trabajaba de noche y mi mama si trabajaba de día. Esa tarde de colegio fue muy normal, jugábamos, hacíamos carreras, aprendíamos de manera didáctica y se dieron las 5:30 pm hora de salida para los de preescolar, pero, yo no me podía ir porque tenía que esperar a mis hermanos que salían a las 6 ya que ellos iban en grados superiores. Recuerdo que ese día me había aburrido de estar esperando y fui corriendo para el salón de mi hermano a decirle que se apurara, como si pudiera salir antes que los demás mi hermano es 6 años mayor que yo y en ese tiempo media aproximadamente 1’40 M de estatura, es blanco, delgado y su carácter es algo pesado, más bien amargado y cuando me vio en la entrada me miro con cara de amargado y me hizo señas que me fuera que cuando saliera me buscaba, yo estaba aburrido y seguí ahí, cuando salió me dijo que era muy cansón y que buscáramos a mi hermana, ella es dos años mayor que yo, ella tenía 7 años en ese entonces y media aproximadamente 1’55 de estatura, era blanca con ojos color negros como los de  mi mamá y era muy llorona, odiaba tener mucha gente cerca. Los tres nos dirigimos a la salida a esperar a mi mamá. Al llegar mi mamá le pregunté que si podíamos ir al parque que quedaba en frente del colegio, pero, por ese tiempo era muy peligroso estar hasta tarde en el barrio pues, robaban mucho y había mucho drogadicto por todos lados entonces se quedó pensándolo un momento… Ese día vino con mi papá también y mi papá al ver que yo quería realmente ir le preguntó a mis hermanos que si querían ir, mis hermanos le respondieron que sí y él le dijo a mi mamá “Xiomara, vamos, los niños quieren ir” mi mamá accedió. El parque era pequeño, pero, básicamente nuevo, hace poco lo habían remodelado y pues, para tres niños estaba más que bien si podían jugar… Mis hermanos y yo llevábamos ya algún tiempo jugando muy a gusto, cuando volteo a ver hacia mi papá y lo veo discutiendo con mi mamá, al acercarme a preguntar qué pasaba escuché que estaban discutiendo porque era ya bastante tarde, pues, ya eran las 8:00 y mi papá no quería que ella llegara a cocinar porque ya era tarde y a qué hora íbamos a cenar si tocaba esperar en cambio, mi mamá decía que no había dinero, y si había que esperar para comer, pues se esperaba… Mi papá molesto por lo que dijo mi mamá agarró la bicicleta y cuando ya estaba a punto de irse le dijo que ya venía, que iba a ir a traer el carro para ir a comer, mi mama solo le respondió “haga lo que quiera”. Yo quería ir con él pues, amaba ir con él en la bicicleta para todos lados, placeres de la vida que muy poco valoramos sino hasta que esa persona no está. Él me dijo que no, que me quedara con mi mamá que iba a pedir el carro prestado y que ya venía. 

Al pasar alrededor de 15 minutos llego mi papa en el carro, mi papá era joven, tenía 26 años, era blanco y alto  (1’84 M) mi mama al verlo le dijo “William usted no cambia” y él sonrió y le dijo “vamos” mi mamá se subió al carro, pero, como siempre, yo quería adelante y mi mamá me decía que no, que los niños no iban adelante, yo era bastante caprichoso entonces me puse a llorar y a la final mi mamá me llevó en las piernas de ella… Fuimos a la calle 5 con Av 5 de motilones a comer pollo asado, a mi papá le encantaba comer allá, entramos y no recuerdo muy bien cuando estábamos comiendo, pues, era muy pequeño, tenía solo 5 años, mis recuerdos se aclaran desde que salimos de comer, pues, de ahí empieza la peor escena de mi vida. Al ir pasando la calle yo iba discutiendo con mi mamá, porque, esta vez quería ir adelante pero solo y ella ya cansada de que yo molestara tanto me dijo que me fuera atrás. Mi hermano, Jhorman, me dijo que era muy llorón y se subió al carro, y quedo detrás de mi papa, que ya se había subido, es decir, detrás del conductor y yo seguía molestando a mi mamá que quería subirme adelante, seguido a esto, suena un tiro, este pegó en la parte de atrás del carro, sonó como si fuese sido pólvora, a lo que mi mama dijo “¿A estas alturas y aún hay gente con pólvora?”… Yo escuche que mi papá me dijo “papi, súbase y vamos” mi hermano al escuchar esto se movió de la ventana hacia el asiento de la mitad, iba a bajarse… Cuando me voltee vi a una moto que frenaba en seco, era un hombre gordo el que conducía y uno flaco con chaleco morado iba de parrillero, ambos tenían casco, el parrillero traía un arma en la mano. En ese momento quedé paralizado, como si en ese momento se me fuese parado el corazón, pues, justo en ese momento estaba viendo hacia mi papá. Esa noche alegre, llena de diversión y de ambiente familiar, se convirtió en el peor día de mi vida. En menos de 10 segundos le habían disparado a mi papa en tres ocasiones en la cabeza teniéndolo en frente mío. Uno de los tiros fue en la cien y este le atravesó el cerebro y le pegó a mi mamá en el abdomen. Yo caí al suelo, una esquirla de bala me dio en la rodilla y el quemonazo me tumbó. Ya en el suelo, vi a mi mamá en el piso al lado mío y a mi papá, muerto con la cabeza en el volante. La moto arrancó a toda y empezaron a salir personas de todos lados… Solo escuchaba gritos, entre los gritos se alcanzaba a escuchar a otras personas que decían “los niños” “los niños” otras personas gritaban “Dios mío mataron a William”, “mataron a William”. A mi papá lo conocían mucho por ahí, puesto que, el vivió toda la vida por en ese barrio y pues, la casa donde vivíamos quedaba en la Cll 5 con Av 1, a escazas cuatro cuadras. Llegó un señor y me alzó, no podía ni hablar, estaba muerto por dentro, mi papá muerto y no sabía si mi mamá estaba viva o muerta, este señor se percató que mi hermana estaba agachada llorando y mi hermano si ya lo habían visto, pues, él estaba ya en el carro y, gracias a dios se corrió de la ventana y no salió lesionado de ese ataque tan bestial. Ya estando en los brazos del señor, voltee a mirar a mi papá, él tenía una camisa blanca ese día, pero, ya casi estaba manchada por sangre en su totalidad. El señor le grita a mis hermanos “vamos” “vamos” “es peligroso estar acá” mis hermanos el hicieron caso y salieron corriendo al lado del señor que me llevaba en los brazos, mientras ellos corrían, yo miraba hacia atrás, pues, quedaba ahí mi papá en el carro muerto, mi mamá tendida en el suelo, y lo peor de todo, la preocupación de no saber el estado de mi mamá y sentir que la dejábamos sola. Al alejarnos cada vez más, ya no se escuchaban los gritos, solo el pito del carro que mi papá hacía sonar con la cabeza. 

El día del entierro llegaron muchísimas personas, pero, lo que más recuerdo, es a mi mamá llorando en una silla de ruedas, pues, contra los consejos de los médicos de que no podía salir del hospital ni nada, ella fue al entierro, aunque, bajo responsabilidad de ella si le pasaba algo por haber ido. Pero, mi mamá quería darle el último adiós, y con eso me enseñó a valorar más las cosas, pues, ella, perdió a una persona demasiado especial para ella, y, lo peor, su última conversación, fue discutiendo por una bobada.